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1 de cada 10 mauritanos sufre inseguridad alimentaria mientras se intensifica la ola de refugiados malienses

07/02/24

Vista del campo de refugiados de Mbera, Mauritania © Carmen Abdali para Acción contra el Hambre 

ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE TRABAJA EN MAURITANIA DESDE 2007 APOYANDO A LA POBLACIÓN REFUGIADA Y LOCAL CON PROGRAMAS DE NUTRICIÓN Y SALUD

  • La capacidad del campo de personas refugiadas de Mbera, en Mauritania, está a punto de verse superada por la afluencia de malienses que huyen de la violencia y la inseguridad en su país. Son más de 90 000 las personas registradas – más que toda la población del campo de personas refugiadas sirias más grande del mundo – y pronto será incapaz de acoger a más gente.
  • Este flujo se da en un contexto mauritano en el que casi el 10% de la población está en situación de inseguridad alimentaria. Varias regiones se enfrentan a situaciones nutricionales que van de la crisis a la emergencia.
  • Acción contra el Hambre trabaja en Mauritania desde 2007 aportando una respuesta humanitaria enfocada a la población desplazada y a la de acogida.

 

Mañana, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, visitarán Mauritania, uno de los países más pobres del mundo, según el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas. La visita tiene lugar en un momento en el que el país se enfrenta a una situación crítica: Mauritania acoge el mayor campo de personas refugiadas malienses, Mbera, cuya capacidad está a punto de verse superada.

Desde hace más de una década, decenas de miles de malienses han huido a Mauritania en busca de seguridad debido a la persistente inestabilidad y violencia en su país, con perspectivas de retorno muy limitadas. Desde abril de 2023, tras el deterioro de la situación de seguridad en Malí, Mauritania se enfrenta a una nueva afluencia masiva de personas refugiadas, que se ha intensificado en la región de Hodh El Chargui. Son más de 90 000 las personas registradas – más que toda la población del campo de personas refugiadas sirias más grande del mundo – y pronto será incapaz de acoger a más gente.

La llegada de población desplazada está ejerciendo presión sobre los limitados recursos y la cohesión social de las comunidades locales. Shanti Moratti, director de Acción contra el Hambre en Mauritania, destaca que “en la región de Hodh El Chargui existe un sistema sanitario vulnerable, con carencias en infraestructuras y servicios básicos que afectan a toda la población, incluyendo a los residentes, refugiados y retornados. La escasez de acceso al agua potable aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, así como de casos de malnutrición. Además, la falta de prácticas adecuadas de higiene y saneamiento contribuye a la propagación de enfermedades diarreicas y aumenta la vulnerabilidad de la población. Es importante resaltar que estas dificultades impactan a todas las comunidades por igual, ya sean anfitrionas, refugiadas o retornadas, lo que agudiza los desafíos que enfrenta la región”.

En este contexto, la respuesta humanitaria es crucial. Se centra tanto en actividades dentro como fuera del campo y es fundamental para proporcionar asistencia de manera rápida; establece las bases para un desarrollo a medio y largo plazo y contribuye a la cohesión social. Según Moratti, “para promover el desarrollo socioeconómico de las poblaciones locales y refugiadas, así como para garantizar una respuesta completa y sostenible que fomente la convivencia pacífica y empodere a las comunidades, proponemos una intervención que aborde las necesidades relacionadas con la presión sobre los recursos y servicios básicos, la protección de la población, la mejora de las condiciones de vida y las tensiones entre comunidades".

LA RESPUESTA DE ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE

En Acción contra el Hambre, con la financiación europea (ECHO), hemos prestado apoyo a 12 000 personas (recién llegadas y retornadas de Mauritania) de forma multisectorial. Frente a los desafíos actuales, prevemos mantener y fortalecer nuestra respuesta ante la situación migratoria.

Esta emergencia se produce en un contexto mauritano caracterizado por altos niveles de inseguridad alimentaria y malnutrición. Según datos del Cadre Harmonisé, durante el último trimestre de 2023, la población en situación de inseguridad alimentaria se estimaba en 232 688 personas, es decir, el 5% de la población total. En la temporada de junio-julio-agosto de 2024, la población en situación de inseguridad alimentaria se estima en 360 000 personas, es decir, el 8% de la población de Mauritania.

La situación nutricional sigue siendo preocupante, ya que los datos de malnutrición aguda indican una tasa de prevalencia nacional del 11,6%. Varias regiones se enfrentan a situaciones nutricionales que van de la crisis a la emergencia. Se estima que, en 2023, la malnutrición aguda severa afectó a 44 384 niños y niñas menores de cinco años.

 

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