Haití: la sequía y la inseguridad alimentaria en las papeletas electorales

El país acaba de iniciar un ciclo electoral que se traducirá en la renovación de casi todos sus elegidos en menos de seis meses, con la conclusión de la elección presidencial programada entre el de 25 octubre y el 27 de diciembre.  

La primera ronda de las elecciones parlamentarias del pasado 9 de agosto fueron los primeros comicios celebrados desde la llegada al poder del presidente Michel Martelly en mayo de 2011. Si bien el Consejo Electoral ha reconocido estar “satisfecho” en términos generales de esta primera ronda, los incidentes esporádicos y los retrasos, no obstante, marcaron las votaciones, que tuvieron lugar en un ambiente de creciente descontento social.

Ya han transcurrido cinco años desde que el terremoto devastara Puerto Príncipe y acabara con la vida de más de 230.000 personas el 12 de enero de 2010. Hoy, 60.000 personas desplazadas aún viven en campamentos, frente a un millón y medio en el momento de producirse el terremoto. A pesar de este aparente progreso, surgen cuestiones sobre las condiciones de vida actuales y el futuro de estas personas. Además, seis millones de haitianos, alrededor de 60% de la población, viven por debajo del umbral de la pobreza, con un acceso muy limitado a los servicios básicos. El acceso al agua potable en las zonas urbanas es alarmante, con más de un tercio de la población aún privado de infraestructuras de agua adecuadas, sobre todo después de su gradual deterioro. Esta situación se agravó en las zonas afectadas por el terremoto, incluido Puerto Príncipe. Si bien la destrucción y las necesidades continúan presionando a la capital de Haití, se han logrado avances en términos de reasentamiento y reconstrucción.

Este progreso no debe sin embargo olvidar la extrema vulnerabilidad del país. A pesar de las mejoras en el acceso al agua en las zonas rurales (con el 47% de la población cubierta en 2014) y un aumento en el número de personas con acceso a servicios de saneamiento (el 28% de la población en 2014 frente al 17% en 2010), la mejora del acceso a los servicios básicos sigue siendo crucial en estas áreas.