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Hay 150 millones más de mujeres y niñas hambrientas en el mundo, Acción contra el hambre propone 8 medidas para cerrar la brecha nutricional de género

08/03/24

 

El informe incluye historias inspiradoras de mujeres que son líderes en la toma de decisiones y en la gestión de recursos

 

  • En la actualidad, hay 150 millones más de mujeres y niñas hambrientas que de hombres y niños. La desigualdad de género es una de las principales causas y consecuencias del hambre y la pobreza.
  • La brecha nutricional de género es la forma en que las mujeres y las niñas ven afectadas su salud y sus logros económicos debido a desigualdades en el acceso a alimentos y servicios, así como a normas sociales como la imposibilidad de su derecho a poseer tierras o el acceso a un trabajo digno.  

La desigualdad de género es una de las principales causas y consecuencias del hambre y la pobreza. Entre 2009 y 2021, la brecha de género en la inseguridad alimentaria se duplicó, y en 12 países afectados por la crisis mundial de alimentos, el número estimado de mujeres y niñas, embarazadas y lactantes con malnutrición aguda aumentó un 25% entre 2020 y 2022. En la actualidad, hay 150 millones más de mujeres y niñas hambrientas que de hombres y niños, según datos de Naciones Unidas (El estado de la Seguridad Alimentaria y Nutrición en el mundo) y más de mil millones de niñas adolescentes y mujeres de todo el mundo sufren desnutrición, lo que conlleva efectos perjudiciales para toda la vida afectando al retraso del crecimiento, carencias de micronutrientes y anemia.

Promover la autonomía económica de las mujeres y su capacidad para proveer y mantener un sustento para ellas y sus familias es fundamental para abordar el hambre. Esto requiere adoptar un enfoque de género transformador. Como explica Valdivia Moutawali, referente de Género y Protección de Acción Contra el Hambre, “este enfoque implica mejorar el acceso de las mujeres a la información técnica y a los recursos productivos, así como fortalecer su empoderamiento social. Esto les permite asumir roles de liderazgo en la gestión de cooperativas, recursos comunitarios y juntas de agua, tradicionalmente dominados por hombres”. 

El informe de Acción contra el Hambre, titulado "Desafíos de la brecha de género en la nutrición", presenta historias inspiradoras de mujeres y niñas que ejemplifican un cambio positivo en la equidad de género. Por ejemplo, Salamatou y otras 57 mujeres en Níger han establecido una cooperativa hortícola para cultivar alimentos y generar ingresos vendiendo en el mercado local. En Ayacucho, Perú, las madres han recibido formación técnica para cultivar la tierra, gracias a un proyecto de emprendimiento agropecuario y en Extremadura, Conchi y Ana Luz han emprendido con éxito la creación de un pequeño obrador gracias al programa Vives Emprende. Todos ellos programas que Acción contra el Hambre implementa en diferentes lugares del mundo.

OCHO MEDIDAS PARA CERRAR LA BRECHA NUTRICIONAL DE GÉNERO

Acción contra el Hambre propone, en un informe que ha elaborado junto a otras organizaciones, ocho medidas que ayudarían a cerrar la brecha nutricional de género:

1. Servicios de salud materna, neonatal e infantil. Redoblar intervenciones nutricionales dentro de los servicios de salud materna.

2. Sistemas de educación, salud y asistencia social. Fortalecer los vínculos para apoyar a mujeres y niñas en el sistema de atención mediante la incorporación de puntos de contacto críticos para prevenir, detectar y tratar la desnutrición.

3. Costumbres sociales. Promulgar políticas y programas transformadores para abordar las causas profundas de las desigualdades de género.

4. Fallos del mercado de los sistemas alimentarios. Educar sobre la importancia de las dietas saludables y proteger a las consumidoras de las prácticas de marketing perjudiciales a través de normativas.

5. Protección social. Ampliar funciones de sistemas de protección social para nutrición y empoderamiento económico de mujeres y niñas.

6. Crisis humanitarias. Dar prioridad a la nutrición de mujeres y niñas en respuestas humanitarias.

7. La economía de los cuidados no remunerados. Reconocer, reducir y redistribuir adecuadamente el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.

8. Datos y rendición de cuentas. Eliminar lagunas de datos, invertir en sistemas de datos y garantizar el desglose de datos por sexo y edad.

CAUSAS DE LA BRECHA NUTRICIONAL DE GÉNERO

La brecha nutricional, que se refleja en el acceso desigual a alimentos y servicios, impacta en la salud y la economía de miles de mujeres y niñas. La intersección de costumbres culturales, roles sociales y prácticas discriminatorias contribuyen a esta crisis global. Las mujeres y las niñas están sobrerrepresentadas entre las personas que sufren inseguridad alimentaria, porque a menudo se les niegan sus derechos humanos básicos, como el derecho a poseer tierras, el acceso a un trabajo digno, la educación y los servicios sanitarios.

No se puede combatir el hambre ni cerrar la brecha nutricional sin actuar con perspectiva de género. Algo tan simple como tener agua limpia para cultivar o calmar la sed es inaccesible para 844 millones de personas en el mundo. Ir a un baño seguro tampoco es una opción para 2,3 millones. Cada año, alrededor de 4 millones de personas mueren por enfermedades relacionadas con agua y saneamiento. Mujeres y niñas son las responsables de caminar largos recorridos para conseguir agua para sus familias y campos. En el camino, están expuestas a sufrir violencia y abusos. La mitad de las niñas que dejan de ir a la escuela primaria en África lo hacen debido a la falta de letrinas privadas.

Para más información con las historias, descarga nuestro resumen ejecutivo "Desafíos de la brecha de género en la nutrición". 

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