Un ataque contra la aldea de Nzakoundou, en la República Centroafricana, obliga a más de 3500 personas a desplazarse

El pasado 21 de diciembre, un ataque perpetrado por un grupo armado no estatal en el pueblo de Nzakoundou, al noroeste de la República Centroafricana, a 60 km de la frontera con Chad, dejó casi una veintena de civiles muertos y obligó a la mayoría de la población del municipio a desplazarse. Más de 3500 personas tuvieron que dejar sus casas. Desde entonces, Acción contra el Hambre trabaja en la región para atender las necesidades de todas las personas desplazadas.

La población de Nzakoundou enfrenta ahora una situación de pobreza sin precedentes: los responsables del ataque han quemado o saqueado alrededor del 95% de las viviendas, las reservas de alimentos y el grano. Como consecuencia, alrededor del 80% de los desplazados por el ataque duermen ahora a la intemperie, mientras algunas familias se han trasladado a Ndim, a 75 kilómetros, o a Kounang, a 25 kilómetros, donde han sido acogidas por la comunidad. Otras, entre las que se encuentran varias familias con niños pequeños y personas con movilidad reducida, han encontrado refugio a 15 kilómetros al sur de Nzakoundou.

Acción contra el Hambre, que ya tenía grupos de trabajo en la región de Ngaoundaye, ha enviado su equipo de respuesta rápida para evaluar las necesidades de los desplazados y permitir que los actores humanitarios coordinen su respuesta.

“Hoy, nuestros equipos sobre el terreno nos dicen que faltan alimentos, atención médica, artículos domésticos esenciales y letrinas, y que los puntos de agua de las aldeas deben ser rehabilitados lo antes posible para ayudar a la población a regresar a sus hogares en condiciones decentes", explica Jean-Baptiste Charmetant, director de la oficina de Acción contra el Hambre en el país centroafricano.

"Tras huir durante el ataque, las familias lo han perdido casi todo en los múltiples incendios que destruyeron sus casas. La gente se encuentra en una situación muy vulnerable y sus necesidades prioritarias son artículos domésticos esenciales (como mantas, cubos, utensilios de cocina, etc.), ayuda alimentaria y reconstruir sus casas antes de la próxima estación de lluvias. Para cubrir parte de las necesidades, nuestros equipos están preparando una distribución de bienes de primera necesidad a los 689 hogares afectados”, afirma Charmetant.

Y es que Ngaoundaye, así como su capital homónima, están ubicadas en una de las provincias más frágiles de la República Centroafricana, Ouham Pendé. Tan solo entre 2021 y 2022 las necesidades humanitarias aumentaron un 34% en el territorio debido a los desplazamientos internos provocados por enfrentamientos armados. A día de hoy, Ouham-Pendé está clasificada como una situación de emergencia, ya que el 30% de su población sufre inseguridad alimentaria y casi 464.000 personas necesitan asistencia humanitaria.

En este escenario, Acción contra el Hambre trabaja centrando sus esfuerzos en apoyar a los centros de salud locales para promover la atención médica y nutricional de los niños menores de cinco años, la supervisión de las mujeres embarazadas y lactantes, y el acceso a los servicios de salud sexual, reproductiva y materna.