"Acción contra el Hambre me ha dado todo lo que siempre he querido"

Eloisa Vereau, peruana, de 45 años tuvo escondido su espíritu de cocinera hasta hace solo unos años cuando volvió a España por segunda vez. “Siempre he tenido claro que quería emprender, no sabía en qué o no lo quería aceptar, pero cuando trabajé en el restaurante de mi hermano supe que la cocina me hacía libre, que es la pieza que me faltaba para ser feliz”.

Desde 2002 hasta 2008, Eloisa vivió en España trabajando de limpiadora, administrativa, moza de almacén… pero la crisis le obligó regresar a su ciudad natal. En Trujillo, decidió dar el paso y emprendió un comercio de zapatos con la ayuda de su hermano, que ya estaba en el sector y le ayudó en el desarrollo. Pero la violencia de la zona y el arraigo que sentía hacia España le hicieron replantearse su regreso a España: “los pandilleros nos metían debajo de la puerta del comercio un sobre con balas y una carta con el registro de lo que hacían mis hijas. Al final, después de que le colocarán una bomba a mi hermano, decidimos marcharnos y regresar a España”.

“Cuando llegamos en el 2017, nos dimos cuenta de que ya no era la España de antes. Era más moderna, con más comercios, con empleos más exigentes, profesionalizados… era un país que había cambiado”, recuerda Eloisa. Con esta situación, Eloisa no encontraba empleo y empieza a trabajar en el restaurante de uno de sus hermanos que reside en Madrid. “Le pedí a mi hermano que me diera dos meses, que yo le iba a demostrar que sabía cocinar. Y entonces mi hermano, con un poco de broma, me dijo 'pero si tú no sabes cocinar, ¿qué me vas a cocinar?'”. Y dos meses después, Eloisa encontró su pasión y el trabajo de sus sueños. 

Muchas idas y venidas pero la pandemia le ayudó a centrarse y a buscar su sueño. “En 2019 conocí el programa Vives Emprende de Acción contra el Hambre pero hasta que no llegó la pandemia no me paré e inicié el camino emprendedor”. Eloisa se emociona cuando habla de Cristina Navarrete, la técnica del proyecto que le ha acompañado en todo este proceso: "Al principio no sabía si quería emprender un comercio de zapatos como el de Perú o abrir un restaurante y Cristina me guio, orientó y me ayudó para que eligiera lo que yo ocultaba, esa vocación por la cocina”.

Aklla, un restaurante innovador

Lleva tres semanas abierto y las respuestas de los clientes son muy buenas. “La gente española me felicita, me dice que es una gran oportunidad de conocer la comida peruana porque al no ser platos grandes pueden probar tres cosas distintas en pequeñas porciones”. Eloisa cuenta también con el apoyo de sus hijas, de su marido y de su hermano. “Mi esposo suele llegar a las 13h, luego mis hijas están conmigo por las tardes y mi hermano se acerca a Mercamadrid a realizar la compra. Sin ellos, Aklla no sería lo que es”.

Este restaurante de tapas peruanas se llama Aklla, que en quechua significa ‘la elegida’, porque reconoce que se siente “bendecida”. La emprendedora expresa que “esto es todo lo que he querido toda mi vida y lo que me hace feliz y lo he encontrado aquí, mi razón de ser, gracias a Acción contra el Hambre”.