Chad: cada día salvamos vidas

Durante décadas, el número de niños que sufren hambre en todo el mundo ha disminuido, hasta ahora. 

El centro de salud Mao en la región de Kanem, en Chad, abre todos los días y atiende a niños enfermos y con desnutrición severa.

Khadija Choukou tiene 38 años. Ella cuida a su nieta Fatime, de dos años, mientras su hija, la madre de Fatime, espera para dar a luz a su segundo hijo. Tan pronto como notó que la pequeña Fatime estaba enferma, hizo el viaje de una hora hasta el pueblo más cercano que cuenta con un hospital. Más adelante fue enviada al centro de salud de Mao.

Viajar entre pueblos, especialmente en las regiones rurales, puede ser un desafío y muy costoso. Pero Khadija no tenía demasiadas opciones y llevó a Fatime al centro al día siguiente.

TODO CAMBIÓ
“He agotado todos mis conocimientos”, explica Khadija. “Nuestros antepasados ​​nos dieron tratamientos tradicionales. Si un bebé tiene fiebre alta, se cubre con una toalla empapada en agua fría y se le dan medicamentos tradicionales como el aceite de mantequilla con leche..., pero nada funcionó. Por eso la llevé al hospital”.

Todo cambió cuando Khadija y Fatime llegaron al centro de salud. Los trabajadores de salud comunitarios diagnosticaron rápidamente a Fatime y comenzó su tratamiento de inmediato.

“La salud de mi nieta está mucho mejor que antes. Desde que toma las medicinas está mucho mejor”.

El centro de salud Mao es uno de los muchos centros nutricionales gestionados por Acción contra el Hambre en todo Chad que están marcando la diferencia. Cuando un niño con desnutrición severa entra por sus puertas, puede ser tratado y recuperado por completo en ocho semanas.

HAMBRE: LA MAYOR AMENAZA A LA SALUD GLOBAL
Por eso en este invierno queremos poner nuestra atención en la creciente ola de hambre infantil. Por tercer año consecutivo, el hambre ha aumentado. Dos mil millones de personas, una cuarta parte de la población mundial, no tienen acceso seguro a alimentos. Esto significa que el hambre es ahora la mayor amenaza para la salud mundial, más grande que el SIDA, la malaria y la tuberculosis combinadas.

Todos los días, nuestros equipos trabajan arduamente para llegar hasta los niños en algunos de los entornos más hostiles del mundo. No podemos llegar a todos, pero cuando lo hacemos podemos salvar sus vidas.

Gracias a tu apoyo, los trabajadores de salud comunitarios están en primera línea en la lucha contra el hambre y localizan a niños como Fatime en zonas de difícil acceso para aumentar exponencialmente sus posibilidades de supervivencia.

UNA CRISIS HUMANITARIA EN AUMENTO
La República de Chad, sin costa, recibe su nombre de su lago. Esta fuente, en el árido corazón del Sahel, abastece agua a 30 millones de personas en Chad y sus países circundantes, Libia, Sudán, República Centroafricana, Camerún, Nigeria y Níger, y está mermando rápidamente.

En 2017, más de medio millón de niños en la región del lago Chad corría el riesgo de morir de hambre y había una necesidad urgente de aumentar la asistencia humanitaria.

La extrema violencia contra la población civil provocó un desplazamiento generalizado. Los refugiados y los solicitantes de asilo huyeron de la violencia a los países vecinos, lo que aumentó la presión sobre la ya debilitada economía de Chad.

LA SITUACIÓN TODAVÍA ES FRÁGIL

Después de nueve años de violencia y el impacto adicional del cambio climático y la pobreza, 43 ONG, entra las que se encuentra Acción contra el Hambre, advirtieron de que 11 millones de personas se enfrentaban a una situación de hambre severa en la región del lago Chad.

Desde entonces, el enfoque principal de nuestra respuesta ha sido proteger a la gente de la violencia y otras dificultades financieras y económicas, ya que la crisis ha sofocado la economía del país.

Hemos logrado avances significativos, pero la continua inseguridad en la región impide que la población desplazada en la región pueda regresar a sus hogares en el corto plazo. Una población desplazada que ha dejado todo atrás escapando de la violencia y que necesita asistencia urgentemente.

Aproximadamente la mitad de los 14,9 millones de habitantes de Chad necesitan asistencia humanitaria urgente debido a la inseguridad alimentaria, la desnutrición y las emergencias sanitarias.

En algunas de las áreas más densamente pobladas, especialmente los refugiados, las enfermedades se han extendido y agravado por el debilitado desarrollo del país, y casi un millón de personas, incluidos niños y niñas y mujeres embarazadas, son vulnerables.

La población está expuesta a enfermedades epidémicas como el cólera, la hepatitis E, la malaria, la meningitis y otras infecciones respiratorias, y la tasa de mortalidad en las regiones afectadas es la más alta del mundo para estas enfermedades totalmente prevenibles.

¿Qué estamos haciendo desde Acción contra el Hambre?
Seguimos respondiendo a la crisis que afecta a la región del lago Chad. Desde que comenzó la crisis, hemos logrado ampliar nuestros programas en toda la región de manera significativa y hemos ayudado a más de cuatro millones de personas afectadas hasta el momento.

Contamos con centros nutricionales para niñas y niños menores de cinco años y mujeres embarazadas. Para que niños como Fatime puedan recibir el tratamiento que necesitan con urgencia para sobrevivir.