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En Haití, el cólera está infectando a miles de personas. Los niños son los más expuestos.

 

Todos hemos visto los estragos que causan las pandemias en las comunidades vulnerables. Tres años después de que el COVID-19 devastara el mundo, todavía estamos lidiando con sus réplicas. Las poblaciones minoritarias han sufrido, incluyendo las personas con discapacidad, las que se enfrentan a la pobreza y los ancianos.

Ahora, mientras nos preparamos para futuros brotes, no podemos olvidarnos de los más susceptibles a las enfermedades mortales: los niños pequeños.

En Haití, los niños representan el 40% de los casos de cólera. Hay niños de diez años postrados en la cama por casos graves de diarrea y deshidratación crítica. Los niños son hospitalizados tras beber agua contaminada. Incluso los recién nacidos están gravemente enfermos. Sólo tres años después de que el país viera su último caso de cólera, la enfermedad ha regresado, acabando con decenas de personas a su paso. Hasta la fecha, se sospecha que más de 13.000 personas han contraído la enfermedad, y más de 180 han perdido la vida. Los niños de Haití -especialmente los que padecen hambre severa- están muriendo.

El cólera ha resurgido en Haití en el peor momento posible. Los haitianos se enfrentan a una crisis política y a un riesgo de seguridad sin precedentes; en Puerto Príncipe, la capital, las bandas se han hecho con el control y han cortado el acceso a recursos vitales como combustible, alimentos y medicinas. Han atacado y agredido a ciudadanos, secuestrado a niños y cortado carreteras.

Algunas personas han conseguido huir de la ciudad, pero eso no significa que estén a salvo. Por el contrario, se encuentran con más crisis en las zonas rurales: la falta de agua potable y alimentos.

Un análisis reciente del IPC reveló que 4,7 millones de haitianos sufren altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, y 19.000 se enfrentan a condiciones de hambruna. Los niños de todo el país están gravemente desnutridos. Sus cuerpos están débiles. El cólera, que a menudo se manifiesta en forma de diarrea, vómitos y deshidratación, agrava su estado y agota lo que les queda de fuerza. Las comunidades más pobres de Haití -donde se registran el 90% de los casos- siguen siendo las más afectadas.

Desinfectando una cabaña de Haití

Un miembro del equipo de Acción contra el Hambre desinfecta una vivienda tras registrarse un presunto caso de cólera. Cristophe da Silva para Acción contra el Hambre.

Los haitianos no son los únicos que se enfrentan a una crisis de cólera. El cambio climático ha hecho que la enfermedad se extienda por todo el mundo. También se han registrado brotes recientes en el Líbano y Siria, y en países como Pakistán el cólera es frecuente. La bacteria del cólera prospera en fuentes de agua tibia, y el aumento global de las temperaturas ha creado un entorno perfecto para que crezca la enfermedad.

Roseval Supreme, Directora de Acción contra el Hambre en Haití, está movilizando urgentemente a nuestros equipos para responder a la crisis. Con la vista puesta en el horizonte, Roseval sabe que debe desplegar recursos antes de que sea demasiado tarde. Ha hablado con nosotros sobre el brote y sobre cómo podría empeorar la situación.

La conversación ha sido editada para mayor claridad.

Construyendo un punto de agua limpia en Haití

Los equipos de Acción contra el Hambre llevan a cabo actividades de sensibilización con las familias para enseñar buenas prácticas de higiene y fomentar el uso de letrinas. Cristophe da Silva para Acción contra el Hambre.

¿Por qué se está propagando el cólera tan rápidamente en Haití en estos momentos? 

R: La falta de saneamiento es quizá la mayor preocupación. La mayoría de los haitianos no tienen acceso a letrinas limpias ni a lavamanos, o no tienen ninguno. No hay mucha información disponible sobre cómo prevenir el cólera. Y sin agua limpia ni jabón, ni siquiera los que saben cómo prevenir el cólera pueden hacerlo.

Debido a esta falta de acceso, muchas personas han recurrido a defecar al aire libre, a menudo cerca de fuentes de agua no protegidas, lo que puede contaminar el agua para todos. Esto ha puesto en peligro a miles de personas, especialmente a los trabajadores sanitarios. Tratar el cólera es difícil, y lo es aún más cuando los equipos de respuesta no tienen acceso a letrinas descontaminadas, agua limpia o estaciones para lavarse las manos.

¿Cómo ha agravado el brote de cólera el riesgo para la seguridad en Haití? 

R: Los problemas de seguridad en todo el país -y especialmente en Puerto Príncipe- han hecho casi imposible que los equipos distribuyan suministros esenciales de saneamiento o purificación del agua y lleguen a las comunidades más afectadas.

Se trata de un obstáculo enorme. Necesitamos recursos para hacer frente a esta crisis. Sin medicamentos, agua potable, estaciones de lavado de manos, herramientas de descontaminación y letrinas, el brote no hará más que crecer. El conflicto en curso ha hecho casi imposible proporcionar esta ayuda.

¿Cómo reaccionan las comunidades ante los brotes de cólera? 

R: La desinformación sobre el cólera es común y puede tener consecuencias mortales. Por desgracia, los infectados por el cólera suelen enfrentarse a un enorme estigma. Son estereotipados como sucios y condenados al ostracismo en la comunidad. Esto ha dificultado el tratamiento integral del brote.

Debemos reforzar la creencia de que todo el mundo puede ser víctima del cólera, especialmente los niños. Ellos son los más afectados por la situación, sobre todo porque muchos ya están gravemente desnutridos. Sus sistemas inmunitarios están comprometidos y, por tanto, no pueden hacer frente a los peligrosos síntomas del cólera. Por ello, cientos de ellos ya están muriendo.

Niña bombeando agua

Una niña bombea agua de una bomba construida por Acción contra el Hambre en 2008. El acceso fiable a agua limpia, saneamiento seguro y una buena higiene sigue siendo un reto en Haití. Cristophe da Silva para Acción contra el Hambre.

¿Cómo está respondiendo Acción contra el Hambre al brote? 

R: Acción contra el Hambre lleva mucho tiempo liderando la lucha contra el cólera en Haití, pero este brote es más difícil que el anterior debido a la crisis política y de seguridad. Nuestra respuesta tiene tres vertientes. Estamos dando prioridad al saneamiento, la prevención y el tratamiento.

El saneamiento implica educar a las comunidades sobre la importancia de un protocolo de higiene adecuado. Pero la educación no es suficiente: también debemos garantizar el acceso a los suministros esenciales, como las letrinas. Hasta ahora, hemos construido 20 estaciones de lavado de manos y estamos planificando más.

Nuestro equipo está previniendo la propagación del cólera mediante la depuración del agua. El cólera suele propagarse a través de fuentes de agua contaminadas, como los ríos. Estamos utilizando purificadores de agua para suministrar agua potable a las comunidades.

También estamos tratando a las personas infectadas en centros de salud, utilizando píldoras de rehidratación oral y técnicas de estabilización. Sin embargo, estos centros de salud necesitan urgentemente herramientas de emergencia, medicamentos y camas.

Sesión de higieneUna sesión comunitaria sobre higiene en Haití. Cristophe da Silva para Acción contra el Hambre.

¿Cómo será la crisis en los próximos meses? 

R: Es imposible saber hasta qué punto será grave la situación, pero sabemos que la enfermedad se está extendiendo rápidamente. Los niños están en peligro cada segundo de cada día.

Hemos contratado a ocho equipos de respuesta de emergencia y los estamos formando para que se movilicen sobre el terreno. Hemos distribuido suministros esenciales a 3.000 familias. Hemos difundido mensajes educativos a innumerables haitianos. Cada día, nuestros equipos se centran en intervenir de forma proactiva y en demostrar un protocolo de higiene adecuado en todas las comunidades en las que trabajamos.

Pero no es suficiente. Todavía nos queda un largo camino por recorrer antes de que los niños de Haití estén a salvo de cualquier daño. El cólera es una enfermedad de la pobreza: sólo aparece allí donde los recursos y las infraestructuras son extremadamente limitados. Juntos, por los niños de Haití y por su futuro, debemos seguir luchando por la igualdad, por mejorar los sistemas y por aumentar la resiliencia frente a esta crisis y las venideras.

 

Por Kenneal Patterson, Asociado de Comunicación

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