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En Sudán del Sur, desgarrado por la guerra, los jóvenes se unen en torno al fútbol

 

En gran parte del mundo, el fútbol no es más que un juego. Para la gente de Paguir, una zona que lleva años lidiando con conflictos, hambre e intensas inundaciones, representa mucho más: un respiro del sufrimiento, una forma de conectar y un momento para permanecer unidos.

No siempre ha sido así.

"Los conflictos entre los jóvenes llevan aquí mucho tiempo", afirma John Wat, capitán de un equipo de fútbol local de la aldea de Thok Chak. "Esto estaba hundiendo a nuestra comunidad, porque la gente tenía miedo y no era capaz de unirse".

Un día, un puñado de jóvenes valientes decidió que ya era suficiente. Ellos también merecían un espacio para jugar, un espacio para escapar -aunque sólo fuera por un momento- del estrés de vivir en una zona asolada por conflictos y crisis climáticas.

"Los que empezaron a jugar al fútbol fueron los jóvenes", dice John. "Al principio no fue fácil, porque algunos venían armados y eso nos daba un poco de miedo. Pero a medida que seguíamos entrenando juntos, la gente de [los pueblos de] Puyay, Puor, Thok Chak y Paguir se unió. Eso nos dio esperanza".

Jugadores de futbol de Paguir en Sudán del Sur

Los jugadores corren hacia la cámara en señal de celebración después de que el equipo de Puyoy marque el primer gol en el partido final del torneo. Peter Caton para Acción Contra el Hambre, Sudán del Sur.

Alcanzando metas

Al amanecer, los jóvenes de las aldeas vecinas se reúnen bajo el sol ardiente. No están allí para luchar. Están allí para jugar.

Es un día radiante, y la temperatura es como la bofetada de una ola de calor. El público se ha apretujado en los bordes del campo, la mayoría bajo el sol abrasador. Nadie se pierde este partido. Ancianos, mujeres y niños han venido a ver a sus campeones jugar el partido final del torneo de fútbol de Paguir.

Los jóvenes de todo Sudán del Sur han albergado durante mucho tiempo un profundo amor por este deporte, heredado de sus padres y de sus abuelos antes que ellos. Hasta hace poco, los jóvenes de Paguir no contaban con la estabilidad comunitaria ni con el equipamiento necesario para practicar este deporte. Veían el último Mundial e imaginaban lo que sentirían al jugar ellos mismos.

Jugadores de futbol de Paguir en Sudán del SurEl equipo de Puyoy se toma en serio su rutina de calentamiento antes de su esperadísima final. Peter Caton para Acción Contra el Hambre, Sudán del Sur.

Un aldeano, que siempre ha visto y animado tanto al Liverpool como al Barcelona, se ríe cuando se le pregunta por su lealtad al equipo. "Aquí no es raro animar a dos equipos", admite. "Lo que es realmente poco frecuente aquí es poder practicar el fútbol con un balón de verdad".

Sin un balón de verdad, los jóvenes decididos a jugar se volvieron ingeniosos. Acudieron al Centro de Estabilización Sanitaria y Nutricional de Acción contra el Hambre y pidieron guantes para inflar un balón con forma de mano con el que practicar.

"Desde el principio, utilizábamos un globo", cuenta Ruot, capitán del equipo de Puyay. "Pedimos dos o tres guantes en el Centro de Estabilización. Los inflamos con aire y atamos a su alrededor trozos de tela hasta que los guantes se hicieron fuertes. Luego jugamos con ellos hasta que se estropearon".

El espíritu del deporte era más fuerte que la falta de equipamiento adecuado, así que los jóvenes siguieron practicando. Sin camisetas para distinguir a los equipos, sin redes, sin balón de verdad, no había problema: estaban decididos a jugar a toda costa.

Jugadores de futbol de Paguir en Sudán del SurEl balón se infla ante la mirada del público.​ Peter Caton para Acción Contra el Hambre, Sudán del Sur.

Más que un juego

Joe Joe Zubahyea, que dirige los programas y la base de Acción contra el Hambre en Paguir, vio el amor de los jóvenes por el juego y la oportunidad de ayudar. Rápidamente intervino y ofreció a los equipos mejor equipamiento. Con balones y camisetas de fútbol de verdad, recobraron la esperanza. Ahora, muchos incluso albergan el sueño, antes imposible, de convertirse en futbolistas profesionales.

Desde el principio, sus objetivos iban más allá del campo de fútbol. Los equipos quieren fomentar la paz en sus comunidades. Joe Joe estaba allí para ayudar y aconsejar. Sugirió que cada equipo estuviera formado por gente de Puyay, Thok Chak y Paguir, para unir a personas de toda la región en un amor mutuo por el deporte.

"El fútbol está creando reconciliación entre nosotros, los jóvenes. Los problemas del pasado están disminuyendo. Hay una gran diferencia entre los jóvenes de hoy y los del pasado. Por eso mezclamos nuestros equipos. Quien quiera jugar es bienvenido".  - Ruot, capitán de fútbol

Los jóvenes están aprendiendo tolerancia y aceptación, así como habilidades esenciales de liderazgo. "Si enfrías tu temperamento, demuestras el buen liderazgo que la gente necesita", dice John, capitán del equipo Thok Chak. "Entonces el resto te seguirá".

Al comenzar la segunda parte del partido, jugadores de todo el distrito observan con impaciencia desde la banda. Muchos juegan descalzos: no pueden permitirse zapatos, pero a menudo caminan durante una hora bajo las aguas para llegar a tiempo al entrenamiento.

En un país asolado por conflictos que han desgarrado comunidades, es sorprendente ver a jóvenes de Puyay, Paguir y Thok Chak hacer esfuerzos tan enormes para jugar en el mismo equipo.

Jugadores de futbol de Paguir en Sudán del SurEn el partido final de un torneo, el balón es golpeado con tanta fuerza que acaba fuera del campo y en las aguas. Un amable espectador se sumerge para recuperarlo.​ Peter Caton para Acción Contra el Hambre, Sudán del Sur.

Sacando hacia un futuro mejor

Aún queda mucho camino por recorrer. Los jugadores permanecen unidos, pero se enfrentan cada día a los inmensos retos de la desigualdad crónica, el hambre y la pobreza. Aun así, sueñan con jugar profesionalmente y celebran juntos sus victorias. Ruot es de Paguir, pero capitanea el equipo de Puyay y apoya con orgullo sus victorias.

"En el pasado, cuando había combates, los que morían eran los jóvenes", dice. "Por eso necesitamos que la gente olvide todo lo que sabía sobre aquello... Por eso jugamos juntos al fútbol".

 

Por Susan Martinez para Acción contra el Hambre.

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