ENTREVISTA DE ELISABETTA DOZIO

EMERGENCIA: ¿Existe una emergencia de salud mental debido a la COVID-19 en los países donde trabajamos?

Sobre la base de las experiencias pasadas de epidemias como la de ébola o la de cólera que ocurrieron en varios países en los que trabajamos, esta pandemia podría generar un importante aumento de los niveles de estrés, ansiedad, etc. de las comunidades y las trabajadoras y trabajadores sanitarios. Las personas que han sido infectadas pueden sufrir estigma social y discriminación, generadas por el miedo y la incertidumbre que provoca esas situaciones, o por los importantes retos cotidianos provocados por las restricciones nacionales. Las personas directa o indirectamente afectadas por la COVID-19 tienen más probabilidades de sufrir estrés y ansiedad. Además, las y los profesionales de la salud que están en primera línea deben ser vigilados para evitar cualquier deterioro de su salud mental.

ACTIVIDADES DE ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE: La organización proporciona apoyo psicológico durante o después de desastres naturales o conflictos. ¿Se planeó algún proyecto diseñado para reducir el impacto de la COVID en la salud mental de personas que ya están afectadas por la desnutrición?

En respuesta a la COVID-19 y con el fin de reducir sus consecuencias sobre la salud mental de las poblaciones, nuestro departamento de Prácticas de atención de salud mental, género y protección ha adaptado sus proyectos en curso. De tal manera que se garantice la continuidad de las actividades, respetando las medidas de protección. Hemos diseñado un apoyo psicosocial y psicológico específico para el personal de enfermería, las niñas, los niños y las familias afectadas por la COVID: reducción de los comportamientos estigmatizantes, adopción de medidas de seguridad, reducción de los síntomas de estrés, gestión de las preocupaciones por el presente y el futuro y del miedo a morir.

Seguimos acompañando a las madres y los padres en la adopción de prácticas de atención adecuadas para el buen desarrollo psicofísico de sus niñas y niños desnutridos.

CONFINAMIENTO: Algunas medidas nacionales implementadas para limitar la propagación de la COVID-19 podrían tener un impacto negativo en las niñas y los niños que ya están en situación de crisis alimentaria debido a la pobreza, el cambio climático y los conflictos. Sus padres corren el riesgo de no poder trabajar y obtener alimentos debido a las restricciones. ¿Está Acción contra el Hambre promoviendo actividades para desarrollar la resiliencia local que está afectada por el confinamiento?

Sí, estamos estudiando todas las consecuencias de las medidas adoptadas por los gobiernos, incluyendo el acceso a los alimentos y al trabajo. Por eso promovemos la continuidad de nuestros programas y desarrollamos actividades de seguridad alimentaria y medios de vida relacionadas con la COVID para prevenir el hambre por el confinamiento. En cuanto a la salud mental y el apoyo psicosocial, la falta de acceso a los alimentos es en sí misma un problema para las niñas y los niños, pero también puede estresar a las madres y los padres, y afectar a su manera de cuidarles.

DISTANCIA SOCIAL: En Cox's Bazar, Bangladesh, Acción contra el Hambre ha ofrecido apoyo en salud mental a 151 131 refugiados. ¿Existe una preocupación sobre la resiliencia de la salud mental donde la distancia social no puede ser garantizada?

El proyecto de atención telefónica directa que llevamos a cabo en Bangladesh es todavía demasiado reciente para disponer de datos detallados. La imposibilidad de garantizar el distanciamiento social en esta situación puede representar una fuente de estrés y puede conducir a la intolerancia y la desconfianza. Sin embargo, los refugiados no se verán obligados a enfrentarse a un aislamiento que podría dificultar la respuesta a la situación.

MADRE-HIJA/HIJO: Sabemos que las experiencias traumáticas pueden dañar la relación madre-hijo/hija y pueden tener un impacto negativo en la capacidad de la madre para cuidar a sus niñas y/o niños. El impacto puede ser más grave para las niñas y los niños desnutridos. ¿Cómo está poniendo en funcionamiento Acción contra el Hambre los programas locales para apoyarles ahora?

Como en la mayoría de las emergencias humanas, ponemos en marcha prácticas de salud mental y de cuidado de las niñas y los niños que tienen por objeto prevenir o limitar los efectos negativos de la desnutrición.

Se establecen programas para apoyar a las mujeres embarazadas y a las madres de niñas y niños pequeños con actividades de orientación parental, fortalecimiento de la relación padre/madre-hijo/hija y también apoyo psicológico si es necesario.

Para las niñas y los niños desnutridos, este tipo de actividades también se ofrecen en los centros de nutrición.

En relación con la respuesta a la COVID-19, se han previsto medidas adicionales de higiene: el uso sistemático de máscaras, la reducción de los participantes en las actividades de grupo y el respeto de las medidas de distanciamiento. En los contextos en que ha sido posible (la disponibilidad de medios de telecomunicaciones es muy diferente según el contexto y el país), también se han puesto en marcha intervenciones telefónicas para transmitir mensajes sobre la adaptación de las prácticas de atención infantil, pero también para ofrecer apoyo psicosocial y psicológico a pesar del confinamiento.

AISLAMIENTO: En países pobres dónde la gente padece hambre, es casi imposible garantizar el distanciamiento social, la cuarentena y el aislamiento. ¿Cómo garantizar el apoyo, la compasión y la amabilidad que merecen ahí?

Nuestras intervenciones siempre están en línea con las directrices y normas internacionales.

Incluso para las actividades de salud mental, seguimos las recomendaciones del grupo de Salud mental y apoyo psicosocial del Comité Permanente Interinstitucional (IASC, por sus siglas en inglés). Eso nos permite garantizar un alto nivel de calidad. Nuestros equipos, incluso a distancia, se someten a una formación y supervisión para proporcionar una escucha activa y atenta, así como un apoyo de buena calidad. En esta crisis sanitaria, una unidad técnica ha permitido elaborar documentos de referencia para orientar a los equipos sobre el terreno en la adaptación de las respuestas a través de protocolos innovadores para poder llegar a la mayoría de las personas necesitadas.