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Historias

“Gracias al trabajo he podido vincularme a la sociedad, pagar la seguridad social y me permitirá seguir adelante"

Cecilia en su centro de trabajo en Isterria. Foto: Pia Alvero para Acción contra el Hambre 

La historia de Cecilia y su familia es una historia de nuevos comienzos, de segundas oportunidades y del deseo de un final con el que poder devolver todo lo recibido. Esta historia comienza en Colombia, donde Cecilia vio como durante la pandemia causada por COVID-19 tuvo que cerrar uno a uno los negocios de venta de postres que tenía. Pasado el confinamiento pudo reabrir uno de los locales, “nos iba bien, pero de repente comenzamos a recibir llamadas de extorsión pidiendo grandes sumas de dinero”, comenta Cecilia. Esta situación se fue agravando: “las llamadas cada vez eran más agresivas y no solo iban dirigidas a nosotros, también a nuestros familiares. La situación se volvió insoportable”. En un entorno cada más hostil y tras la muerte de varias personas cercanas, decidieron poner distancia, cerrar su negocio, vender todo lo que tenían y emigrar a España. “Buscaba la paz para mí y mi familia”.

Un nuevo comienzo

La llegada a España fue más compleja de lo esperado. Decidieron residir de manera fija en Navarra, porque allí vivía su cuñada. A finales de 2021 consiguieron el asilo, lo que les permitió obtener un permiso de trabajo para tres meses. Durante ese tiempo, la búsqueda de un empleo fue constante pero la respuesta que recibía era siempre fue la misma: “no”. “Ni siquiera miraban mi CV, y eso que tenía el permiso laboral. Siempre nos emplazaban a cuando tuviéramos todos los papeles definitivos. Llegue a pensar: “¿será que no voy a poder?”. Pero en su afán por salir adelante, además de buscar empleo, comenzó a preparar postres para venderlos a precios asequibles, pero tampoco funcionó.

Cecilia en su centro de trabajo en Isterria junto a su compañera en cocinas y la técnica, Alejandra Goñi. Foto: Pia Alvero para Acción contra el Hambre

Volver a trabajar

“Todo cambio gracias a Acción contra el Hambre, justo antes de que venciera mi permiso pude entrar en el programa de empleo y ahora por fin he conseguido un trabajo e ingresos”. Este programa que menciona Cecilia es la Incubadora Gastronómica, un proyecto de talleres de formación y empleo para la mejora de la empleabilidad e impulso al emprendimiento en la hostelería entre personas en riesgo en Navarra, subvencionado por el Servicio Navarro de Empleo. Gracias a la Incubadora, como parte del programa, ha comenzado a trabajar en las cocinas del Centro Isterria de Fundación Caja Navarra y, además, le ha permitido renovar su permiso y el de su familia.

Cecilia se afana en explicar que conseguir un empleo no es solo ir a trabajar y obtener ingresos, es mucho más. “Gracias al trabajo he podido vincularme a la sociedad, pagar la seguridad social y me permitirá más adelante seguir obteniendo mis papeles. La mayoría de la gente cuando te ve en esta situación te rechaza, que te incluyan te hace sentir parte real del sistema”. Además, se muestra agradecida por con la entidad: “comenté mi situación y no hubo ningún problema, el programa me aceptó y me permitió comenzar a trabajar, siempre han sido un apoyo en la parte laboral y en la física, es una oportunidad que no todo el mundo tiene”, asegura.

Sueños de futuro

Cecilia y su familia siguen viviendo en casa de su cuñada, pero ya comienza a vislumbrar un futuro mejor.  “Mi hijo menor está integrado en el colegio y jugando al baloncesto en un equipo. Y el mayor ha sido aceptado en la Universidad de Navarra para continuar sus estudios de administración de empresas y derecho”. Y continúa:  “gracias a Acción contra el Hambre, he podido ganar dinero y tengo futuro. Es como un horizonte que se abre claro para poder sacar mi familia adelante. A corto plazo, podré arreglar la parte de los papeles, gracias a mi trabajo podré pedir arraigo laboral y seguir cotizando”.

Cecilia junto a su hijo. Foto: Pia Alvero para Acción contra el Hambre

Un futuro en el que también hay espacio para un sueño personal, llevar a cabo un proyecto con el que devolverá todo lo que a ella le han dado: “me gustaría poder abrir mi restaurante, también con la ayuda de Acción contra el Hambre y de sus programas de emprendimiento. Un espacio en el que poder contratar a personas en riesgo de exclusión sociolaboral que estén pasando por el mismo proceso que hemos pasado mi familia y yo. Además, poder independizarnos y seguir el camino juntos”.

En su sueño de poder “devolver a la sociedad”, tiene un hueco para recordar como ha sido su paso por este programa, “jamás tuve a mi lado una gente tan humana como las técnicas que me han acompañado y eso quiero yo para mi negocio. Ellas nos dieron el impulso, nos mostraron que sí somos capaces y eso quiero yo, quiero ser el impulso para otros”.

 

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