IRAQ: PROGRAMA DE RECONSTRUCCIÓN

En diciembre de 2017, el gobierno iraquí declaró la victoria sobre el grupo armado ISIS después de 4 años de conflicto destructivo en el país. Ha llegado el momento para la reconstrucción, no solo a nivel de infraestructuras y servicios, sino también de la estructura social, destruida por un conflicto que azotó a la sociedad iraquí. Desde Acción contra el Hambre trabajamos con las comunidades locales, lo cual incluye a los desplazados iraquíes y a los refugiados sirios, para ayudarles a enfrentar este período crucial. Después de la Guerra del Golfo, la ocupación estadounidense desde 2003 hasta 2011, la guerra civil iraquí entre 2006 y 2007 y la admisión de los refugiados sirios, Iraq se encontraba en una posición débil y sobrecargado por las divisiones internas que ya existían antes de la llegada del ISIS, el cual se extendió rápidamente por todo el país en enero de 2014. Treinta años de conflicto: un país que reconstruir. Las imágenes más recientes que guardamos en nuestra memoria pertenecen a la batalla de Mosul, la capital de la provincia de Nineveh, al norte de Iraq. Fueron meses en condiciones similares a las de un asedio que provocó una crisis humanitaria.

La población civil fue capturada y forzada a huir a las afueras al sur de la ciudad. Tras volver a ser tomada el pasado mes de julio, con gran parte de la ciudad en ruinas e infraestructuras destruidas, son pocos los servicios sanitarios que están en funcionamiento, se ha producido un corte en el abastecimiento de agua y comida, y muchas áreas permanecen plagadas de explosivos. Mosul personifica este conflicto, pero el ámbito rural también ha tenido que pagar un precio muy alto. El pasado mes de febrero, el gobierno iraquí estimó que se necesitan 88 billones de dólares (71 billones de euros) para la reconstrucción. Restaurar la confianza: un reto para la sociedad iraquí En total, casi 6 millones de personas dejaron sus hogares buscando refugio en regiones vecinas. Actualmente, 3,9 millones han podido volver a sus hogares, pero casi 2 millones todavía permanecen desplazados tanto en los campamentos de acogida como en asentamientos informales. La gente de todo el país sufrió durante este período. Miles de personas fueron desplazadas cuando, al principio, el ISIS tomó una buena parte del territorio en 2014, mientras que otros tuvieron que huir durante las operaciones militares para volver a tomar esas zonas. Algunos fueron forzados a permanecer bajo el control del ISIS durante este período con acceso limitado a los servicios y condiciones estrictas en el día a día. La seguridad y la confianza entre las diferentes comunidades y grupos, que han experimentado circunstancias muy diferentes durante ese tiempo, deben reconstruirse. Hoy en día, es momento para la reconstrucción. Edificios, infraestructuras y servicios. Pero también hay un lado menos visible, una sociedad en la que las distintas comunidades y religiones pueden vivir codo con codo. Vuelta a casa: un sueño para la mayoría de los desplazados Durante estos últimos meses, la vida ha empezado a volver a la normalidad a Mosul, como anteriormente había ocurrido en algunas regiones como Sinjar. Sin embargo, la crisis todavía está vigente. La idea de que todos los desplazados podrán volver es prácticamente imposible. Solo un 30% de los desplazados piensa que será posible volver a casa antes de que acabe 2018. Los motivos de este bajo porcentaje son tales como casas destruidas, pocas oportunidades de empleo, inseguridad en sus áreas de origen, carencia de servicios básicos y pérdida de ahorros. De forma paralela, los recursos, servicios e infraestructuras en áreas como el Kurdistán iraquí, que proporcionaban refugio a la mayoría de los desplazados, se encuentran bajo mucha presión. Actualmente, la región semi-autónoma de Kurdistán está acogiendo a casi medio millón de personas y está luchando contra una crisis económica y financiera que está afectando tanto a la población local como a los desplazados iraquíes y a los refugiados sirios. En su día, una de las regiones más estables del país, el conflicto con el ISIS, la recaudación petrolífera y el decrecimiento del presupuesto que el gobierno iraquí destinaba a la región –incluyendo el pago de salarios a los funcionarios—, apuntaban ya a la actual situación en el Kurdistán iraquí, ahora mucho más precaria. Como resultado, las tasas de pobreza han llegado al doble en tres años y los salarios de los funcionarios ya no están completamente garantizados, lo que obstaculiza el funcionamiento de los servicios públicos. Desde la crisis Siria hasta los desplazados iraquíes: Acción contra el Hambre lleva respondiendo a sus necesidades desde 2013 Acción contra el Hambre trabaja en Iraq desde 2013 respondiendo a la afluencia de refugiados sirios.

Desde 2014 y a partir del conflicto con el ISIS, nuestros equipos asistieron a desplazados iraquíes y a las comunidades locales que los habían acogido. Actualmente, brindamos asistencia tanto a la población refugiada como desplazada, así como a las comunidades de acogida involucrándoles en actividades relacionadas con el agua, la sanidad y la higiene, organizando programas de nutrición, salud mental y apoyo psicológico, y también con actividades de seguridad alimentaria y medios de vida. En Mosul, hemos rehabilitado parte de la red de abastecimiento de agua en la ciudad y contamos con programas en dos campos de desplazados en el sur, Hammam-Al-Ali 1&2, para mujeres embarazadas o en período de lactancia y para sus hijos que sufren desnutrición o algún tipo de trauma. En el Kurdistán iraquí, gracias a un programa de formación y creación de empleo para desplazados iraquíes, refugiados sirios y comunidades de acogida, estamos trabajando para mejorar las condiciones de los jóvenes y, en particular, de las mujeres que se encuentran en gran desventaja para acceder al mercado laboral debido a que deben hacerse cargo de mantener a sus familias. Nuestras actividades están respaldadas por UDAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), la OCHA (Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios), la AFD (Agencia Francesa de Desarrollo), DANIDA (Agencia Danesa de Desarrollo Internacional), UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), el Centro de Gestión de Crisis y de Apoyo del gobierno francés, SDC (Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación), PMA (Programa Mundial de Alimentos) y los fondos propios de Acción contra el Hambre.