Jordania: el 'lujo' del agua en los campamentos de refugiados

Atrapado entre dos mares, el mar Rojo y el mar Muerto, tres cuartos del territorio de Jordania son desierto. Este pequeño país de Oriente Medio es uno de los más afectados por la escasez de agua en el mundo. En los últimos años, esta escasez crónica ha empeorado en las provincias del norte, debido al fuerte aumento de la población desde el comienzo de la crisis siria.
Las redes de saneamiento existentes a menudo tienen más de 30 años y sufren las consecuencias de la falta de mantenimiento y reparación. Debido a la mala gestión y la falta de infraestructura, hasta el 60% del agua de Jordania se pierde dentro de las comunidades, especialmente a través de fugas. Algunas comunidades reciben agua solo una vez cada dos semanas, y algunos hogares no cuentan con un espacio para almacenarla cuando finalmente llegue. Esta situación lleva a un aumento de los costes que es difícil de asumir para las personas con recursos financieros limitados.

Estos problemas en la prestación de servicios y su capacidad, junto con las limitaciones financieras preexistentes, han aumentado por la afluencia de refugiados. El deterioro de los servicios impide que muchos hogares sirios y jordanos vulnerables accedan al agua a un precio asequible.

Fortalecer los servios existentes

En la gobernación de Irbid, el trabajo de Acción contra el Hambre tiene como objetivo aliviar algunas de estas presiones, mejorando el acceso a los servicios de agua y saneamiento. El fin de las soluciones propuestas es aumentar la resiliencia de los refugiados y las comunidades de acogida mediante la optimización del uso del agua y el aumento de la capacidad de la red. Estas actividades reducen la cantidad de agua perdida, maximizan la reutilización del agua y aumentan la capacidad de almacenamiento de los hogares.

Con el enfoque de la equidad y la paz, nuestra acción apunta prioritariamente a los hogares más vulnerables, tanto sirios como jordanos. En los hogares más desfavorecidos, nuestros equipos rehabilitan o mejoran las instalaciones utilizando tecnologías que ahorran agua, evitan fugas y reutilizan las aguas grises.
En casa de Mustafa, refugiado sirio de 66 años, todo estaba por hacer. Conectamos la casa a la red de agua, instalamos un tanque, un inodoro y un lavabo en el baño, un fregadero y luces en la cocina, y un calentador de agua para proporcionar agua caliente en el invierno.
"Este es el primer año que podemos lavarnos con agua caliente. Nuestra bombona de gas ahora dura mucho más y estamos ahorrando dinero", asegrua Mustafa.

Concienciar sobre el despilfarro

Para garantizar un impacto a largo plazo, se organizan sesiones de concienciación sobre la promoción de la higiene y la conservación del agua en las comunidades. Estas actividades tienen lugar a nivel comunitario a través de visitas puerta a puerta, sesiones grupales o campañas públicas.
"Les enseñamos a adoptar mejores prácticas, conservar el agua, reutilizar las aguas grises y aprovechar al máximo la cantidad de agua que tienen actualmente", explica Safia, Oficial de Concienciación
El objetivo es crear conciencia sobre el hecho de que Jordania tiene un suministro limitado de agua renovable y asequible, y hacer compatibles los hábitos de uso del agua en el hogar con la escasez de agua del país.

Construir y mantener las infraestructuras

Acción contra el Hambre es uno de los principales contribuyentes al acceso al agua, al saneamiento y a la higiene en el campo de refugiados de Azraq.

En esta zona desértica, rodo estaba por hacer: tanques, redes de agua, puntos de agua, duchas, letrinas… Todas estas instalaciones son imprescindibles para la vida y la salud, pero también para la dignidad y las tareas diarias de los más de 35.000 sirios que viven allí.

Varios años después, la misión principal se ha transformado en garantizar la sostenibilidad de estos servicios esenciales a través de la gestión de la operación y el mantenimiento de los bloques sanitarios y la organización de sesiones de sensibilización sobre el tema del agua.

En total, capacitamos a más de 430 mujeres que ahora se ofrecen como voluntarias para transmitir mensajes de conciencia a sus comunidades.

"Nos sentamos juntos para discutir la conservación del agua, las medidas de higiene, el lavado de manos... Es importante en un campamento porque estamos en un ambiente propicio para la propagación de enfermedades, por lo que debemos protegernos", explica Shadia, residente en el campamento.

Nuestros equipos también trabajan en centros de UNICEF para sensibilizar a los niños sobre estos temas.

Desafortunadamente, el sector de agua, el saneamiento y la higiene se enfrenta a una falta de financiación que aumenta cada año, lo que dificulta mantener la provisión mínima de estos servicios tanto en el campamento como en las comunidades de acogida.