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Las distintas formas de emprender: individual y colectivo

 

Un emprendimiento puede surgir de la idea y trabajo de una persona, y puede lanzarse al mercado de forma individual o bien convertirse en un proyecto colectivo si se unen más personas al propósito. También puede que la idea y trabajo original nazca de la iniciativa de dos o más personas y estas sean quienes la lancen al mercado.

Emprendimiento individual

La persona emprendedora puede optar por ser empresaria individual con alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, o constituir una sociedad unipersonal. Una u otra opción será más ventajosa o recomendable dependiendo de la situación económica de la persona, limitación o no de la responsabilidad, necesidad de capital e inversión inicial, previsión de crecimiento y beneficio esperado, o de la propia actividad a desarrollar.

Emprendimiento colectivo

Si la persona considera la opción de sumar al proyecto a una o más personas y hacerlas socias, y/o trabajadoras de este, o bien el proyecto nace de un equipo emprendedor, de manera ineludible la constitución de la empresa será a través de una fórmula mercantil convencional o bien a través una fórmula de Economía Social

Entre las primeras encontramos la Sociedad Limitada la más usual, y la Sociedad Anónima, pero también están la Sociedad Civil y Comunidad de Bienes. En el marco de la Economía Social son las más relevantes para este propósito las Sociedades Cooperativas y las Sociedades Laborales. Pero, ¿cuál elegimos?

Sociedades Cooperativas y Sociedades Laborales: cuál elegimos

Llegado el momento de constituir la empresa legalmente y determinar la fórmula jurídica es importante realizar un análisis exhaustivo. Esta elección puede favorecer e impulsar a la empresa, o por el contrario hacerla perder oportunidades, incurrir en gastos e inversiones innecesarias, no acceder a ayudas relevantes u otras ventajas, o incluso alejar al equipo de los principios y valores con los que desearía crear su negocio, además de dificultar su futuro y consolidación en el mercado.

  1. La relación entre las personas socias profesional y personal, y su vinculación con la empresa en referencia a si sólo invertirán en ella o además trabajarán en la misma.
  2. Perspectivas de crecimiento del negocio y características de este crecimiento. Es decir, si se desea y requiere que crezca con inversión externa, o que el crecimiento sea más orgánico a través del trabajo, y su equipo, estando siempre la propiedad, el control y la toma de decisiones en las personas socias trabajadoras.
  3. Si lo importante para el equipo emprendedor es el beneficio económico o bien es la creación, estabilidad y calidad de trabajo, así como otros propósitos sociales y medioambientales.
  4. La previsión de necesidades de contratación de personal laboral.
  5. El acceso a ventajas, ayudas y subvenciones.
  6. Encuadre en la Seguridad Social de las personas socias trabajadoras

Ventajas de las Sociedades Laborales y cooperativas

Estas fórmulas que son bien desconocidas, perfectamente adaptables a cualquier sector de actividad y 100% operativas en el mercado, gozan de ventajas que ninguna otra ofrece.

  1. Acceso a ayudas directas y subvenciones

  2. Posibilidad de capitalizar la prestación de desempleo para invertir en la sociedad, o compatibilizar su cobro con el inicio de la actividad.
  3. Deducciones fiscales y bonificaciones en las cuotas la Seguridad Social
  4. Encuadre en la Seguridad Social de las personas socias trabajadoras, bien de alta en el Régimen General o de Autónomos (según la sociedad y la relación de las personas socias)
  5. Posicionamiento favorable de cara a contrataciones con el sector público

Entre Sociedades Cooperativas y Sociedades Laborales, hay diferencias importantes que considerar, pero ambas están enmarcadas en las fórmulas de Economía social, y se rigen por sus principios y valores. Entre estos cabe destacar que la propiedad de la empresa en manos del equipo emprendedor (de las personas trabajadoras) o que mantener el empleo de calidad y estable está por encima de maximización del beneficio.

Desde Acción contra el Hambre, a través de los proyectos Vives Emprende. Economía con Impacto Social impulsamos proyectos de emprendimiento colectivos bajo fórmulas de Economía Social, desde cualquier fase en la que se encuentren, y atendiendo a las necesidades específicas del proyecto y del equipo emprendedor. Llegado el momento de constituir la empresa, analizamos con detalle la mejor opción lanzar el proyecto al mercado. Las empresas que se constituyan a través de estas fórmulas podrán acceder a la subvención directa para crear la empresa y cubrir los gastos de constitución de por un importe máximo de 1.200€.

 

 

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