LAS MUJERES SE ENFRENTAN AL HAMBRE EN EL MUNDO

SEGÚN UN ESTUDIO DE LA FAO, SI LAS MUJERES TUVIERAN EL MISMO ACCESO A LOS RECURSOS QUE LOS HOMBRES, EL HAMBRE PODRÍA REDUCIRSE ENTRE UN 12 Y UN 17%. EN NUESTRA LUCHA CONTRA EL HAMBRE, ES ESENCIAL PROPORCIONAR A LAS MUJERES LAS MISMAS OPORTUNIDADES QUE A LOS HOMBRES : PERMITIRLES EL ACCESO A LA EDUCACIÓN, LA SALUD Y EL TRABAJO...

Si las mujeres que trabajan en el sector agrícola tuvieran el mismo acceso a los recursos productivos que los hombres, podrían aumentar sus rendimientos agrícolas en un 20-30%. El número de personas que padecen hambre disminuiría entre un 12% y un 17%.

"DEBEMOS EMPODERAR A LAS MUJERES PARA QUE PUEDAN ELEGIR LOS ALIMENTOS PARA SUS FAMILIAS Y CREAR OPORTUNIDADES ECONÓMICAS PARA LAS MUJERES". ALLAYE TEMBELY, JEFE ADJUNTO DE LA BASE DE KITA, MALI

El 8 de marzo es el Día Internacional de los Derechos de la Mujer. Este día representa la lucha por la igualdad. Hemos observado que las mujeres, junto con los niños y niñas, son las primeras víctimas del hambre en el mundo. Debido a la falta de igualdad, las mujeres no tienen el mismo acceso a la educación, los estudios, la formación y el salario. Lo que hace que sea más probable que sufran de pobreza y por lo tanto del hambre. A través de nuestros programas, les permitimos formarse, aprender técnicas agrícolas, técnicas de detección de la desnutrición, emanciparse y tener el poder de combatir el hambre por sí mismas. Las mujeres son los principales agentes de cambio para llegar a una solución sostenible al hambre. 

EL EXCESO DE TRABAJO Y LA DESNUTRICIÓN

Hemos realizado un estudio de 27 comunidades en 20 países diferentes de África, Asia y el Caribe. Preguntamos a las comunidades sobre la condición social de las mujeres para analizar el impacto de las desigualdades e identificar los factores de riesgo que conducen y fomentan la desnutrición. Entre todas las consecuencias de las desigualdades de género, el exceso de trabajo de las mujeres fue elegido el principal factor de riesgo de la desnutrición infantil.

En muchos de los países en los que trabajamos, especialmente en las zonas rurales, la fuerza y la presión del patriarcado está presente y es notable. 

EMANCIPAR A LAS MUJERES

Nuestros programas en Malí forman a las mujeres y madres para detectar la desnutrición infantil. De esta manera, tienen acceso a los conocimientos para poder examinar a los niños y las niñas de su comunidad. Formamos a voluntarias y voluntarios de la comunidad para que proporcionen acceso a la salud en las zonas más remotas. Estos voluntarios y voluntarias reducen el hambre y transmiten los conocimientos a las mujeres, las madres y los miembros de la comunidad.

En algunos países como Irak, donde ya no hay conflicto, pero hay que reconstruir todo, hemos establecido programas de integración. Permiten a las mujeres que tienen la experiencia y los conocimientos necesarios crear su propio negocio, proporcionándoles fondos, equipos y herramientas, todo lo que necesitan para reiniciar una actividad económica.

Dentro de estos programas también hemos creado asociaciones que ponen en contacto a mujeres profesionales y aprendices. El conocimiento se comparte entre los miembros del programa y en este caso, entre las mujeres.

En muchos países, las mujeres trabajadoras no siempre son consideradas favorablemente. A través de estos programas les permitimos empoderarse, tener acceso a ingresos y ser agentes de cambio.

En todas partes del mundo, en todos los países, en todas las ciudades, las mujeres no tienen las mismas oportunidades que los hombres, nuestra lucha contra el hambre es también una lucha por la igualdad.