Líbano: llega el noveno invierno para 1,5 millones de refugiados sirios

Desde que se inició la crisis siria hace ya casi 9 años, el invierno es la época del año que más teme la población refugiada que se vio obligada a huir de su país. En Líbano, las tormentas de lluvia, nieve y viento, y temperaturas extremadamente frías vienen a agravar sus extremadas y frágiles condiciones de vida, provocando inundaciones, derrumbamiento de viviendas y el aislamiento de algunas zonas. Los refugiados no cuentan con los medios para hacer frente a las consecuencias de tales condiciones climáticas extremas y dependen del apoyo de organizaciones como Acción contra el Hambre.

Eventos inesperados como las tormentas provocan consecuencias inmediatas para una población ya extremadamente vulnerable. A media plazo también afecta a sus mecanismos de supervivencia, como puede ser el aumento de la deuda y el agotamiento de sus limitados recursos. Por no hablar de la presión psicológica sobre una población que en muchos casos llevan desplazados más de ocho años.

Riesgo de inundaciones
En la región de Arsaal, ubicado entre montañas, los riesgos de inundaciones son mayores este invierno. Algunas zonas de asentamientos no han sido rehabilitadas durante dos años y el pronóstico del tiempo apunta que este invierno podría ser duro.

Nuestra respuesta
En la región de Bekaa, durante el verano ya se pusieron en marcha actividades para evitar las inundaciones en los campamentos de refugiados mediante una red de agua. Además, nuestros equipos han trabajado para mejorar la firmeza del suelo de diferentes campamentos, siempre embarrado durante el invierno, mediante grava para evitar que las tiendas queden dañadas por las inundaciones y facilitar su accesibilidad. Unas tiendas que, debido al frío en invierno, necesitan estufas de combustible o leña.
El invierno pasado nuestros equipos respondieron de inmediato a los efectos de la tormenta Norma, distribuyendo kits de refugio y habilitando infraestructuras de agua y saneamiento. Las existentes, construidas con materiales poco resistentes como plástico y madera, quedaron dañadas o inutilizables debido a las inundaciones o a los derrumbamientos por la nieve. De cara a este invierno, adelantándonos a probables condiciones climáticas adversas, contamos con un plan de contingencia. Tenemos mantas y colchones almacenadas y en algunas zonas como en Mashari al Qaa hemos comenzado la distribución de ropa de invierno para niños.