Miles de familias cambian su dieta de Navidad por la crisis

Este año las navidades van a ser distintas, aunque se podría decir que todo este 2020 lo está siendo. Familias que no se juntarán en estas fechas señaladas por las cifras de contagios y sus restricciones, las comunidades autónomas cerradas, reducción del número de comensales,… Pero hay familias que todavía encontrarán más dificultades.

“Con 480 euros al mes, no me puedo permitir comprar los alimentos típicos de Navidad y tampoco otros más esenciales como el pescado y la carne. Solo la comida más barata”, explica Georgel, participante de programa de empleo Vives Emplea de Acción contra el Hambre. Su testimonio se repite en otras muchas historias, como en la de Maria, que reconoce que en años anteriores no se podía permitir un gasto especial en Navidad pero “ahora menos”.  A Sandra, de Vives Emplea Asturias, que cuenta con educación superior y un máster, es su familia quien le va a ayudar para que esas comidas o cenas navideñas no sean una más, como cualquier otra.

Y si hay familias que ya ven como esta época será muy distinta a la de otros años, el futuro que esperan es incierto. “Tengo incertidumbre y miedo para encontrar un trabajo pronto”, señala Paloma, participante de Vives Emplea en Castilla-La Mancha. Lleva ya tiempo en el paro y con los gastos habituales de una vivienda, como el gas, la luz, la hipoteca, se suma el cuidado de su hijo adolescente.

Esta es la realidad de miles de familias, que Acción contra el Hambre acompaña en su proceso de empleabilidad y está viviendo en primera persona la dureza de esta crisis socioeconómica que ha dejado la pandemia del coronavirus.

En este contexto, Acción contra el Hambre ha lanzado la campaña La cena de Navidad más grande para que las familias como las de Georgel, Maria y Sandra tengan todos los días un plato en la mesa.

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