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Nargis Abdo, Yemen: “Cuando descubrí que mi hija pequeña, Alhan, sufría de desnutrición, tuve miedo"

 

El pueblo yemení se enfrenta a la que ha sido descrita como la peor crisis humana provocada por el hombre: conflictos armados, desplazamientos y riesgo de hambruna y enfermedad… Cuatro años de conflicto y declive económico han conseguido acabar con los mecanismos de supervivencia de la población, con las infraestructuras y socavar la economía del país. Según el Plan de Respuesta Humanitaria en Yemen, en 2019, 24 millones de personas - un 80 por ciento de la población - necesita ayuda humanitaria y protección. Un total de 230 de los 333 de distritos en Yemen (el 69 por ciento) están en riesgo de hambruna y se estima que, en 45 Distritos, 2,8 millones de personas están luchando contra la inseguridad alimentaria severa (IPC Fase 5). Alrededor de 16 millones necesitan urgentemente agua, saneamiento e higiene. 

Además, el 50 por ciento de los centros de salud permanecen cerrados y más del 70 por ciento de los que están en funcionamiento, no tienen suministros regulares de medicamentos básicos. Desde abril de 2017, el cólera ha afectado a 1,7 millones de personas y ha costado la vida de 3454 personas. Además, alrededor de 2,1 millones de niños y niñas, y 1,1 millones de embarazadas y mujeres en periodo de lactancia están severamente desnutridas. 400 000 niños menores de cinco años están sufriendo desnutrición aguda severa.

Acción contra el Hambre ha estado implementando programas en cuatro provincias en Yemen, dirigiendo múltiples intervenciones para gestionar crisis como brotes de cólera y desplazamientos, así como facilitar seguridad alimentaria y proyectos relacionados con la nutrición. Desde el comienzo de la guerra en 2015, ponemos un especial enfásis en aliviar el sufrimiento de los desplazados internos (PDI) y comunidades de acogida más vulnerables. Así como la situación en seguridad y protección continúa disminuyendo debido al conflicto prolongado, las condiciones de vida para los indigentes de la población yemení se deterioran aún más, con familias luchando diariamente por obtener más alimentos de primera necesidad.

Mantener la presencia operativa en algunos de las zonas más afectadas del país y apoyar a aquellas que son más difíciles de alcanzar, sigue siendo nuestro mayor desafío. Sin embargo, continuamos con nuestros programas de nutrición y salud, especialmente un fuerte apoyo en el tratamiento de la desnutrición aguda en niños menores de cinco años, embarazadas y mujeres lactantes. Esto también implica la formación de trabajadores en el sector sanitario y la sensibilización de comunidades vulnerables. Este último es de particular importancia a la luz de las olas recientes de cólera que han afectado a más de 1 millón de yemeníes. Nuestra respuesta humanitaria también cubre el agua, programas de saneamiento e higiene, a través de la rehabilitación de puntos de agua y letrinas, promoción de higiene y distribución de kits de higiene. Además, Acción contra el Hambre, implementa varias medidas de seguridad alimentaria y una programación de medios de vida, principalmente a través de la distribución de transferencias de efectivo para cubrir alimentos básicos y otras necesidades.

Nargis Abdo Saeed tiene 25 años y tiene cuatro hijos: un niño de nueve años, dos niñas de siete y cinco años, y su hija menor con solo un año y ocho meses. Nargis se casó cuando tenía 14 años y actualmente está embarazada de su quinto hijo.

Dos de sus hijos fueron diagnosticados con desnutrición aguda severa (DAS), un tipo de desnutrición potencialmente mortal. Los niños que padecen una desnutrición aguda severa están demacrados y son más propensos a contraer otras enfermedades e incluso morir. Los hijos de Nargis recibieron tratamiento en el centro de salud de Al Soumita en el distrito de Tur Al Baha, provincia de Lahi, que cuenta con el apoyo de Acción contra el Hambre.

Casada con un soldado, Nargis se encontró como única responsable del cuidado de sus cuatro hijos mientras su esposo está en el servicio militar. Fue un gran desafío para ella: hacerse cargo de su embarazo y cuidar de sus dos niños que habían sido diagnosticados con desnutrición, además de otras responsabilidades del hogar como la recogida diaria de agua y madera.

Cuando llegó al centro de salud de Al Soumita, Nargis recibió formación de los trabajadores sanitarios sobre cómo medir el perímetro braquial (MUAC) de sus niños, lo que le sirvió para darse cuenta de que su hijo más pequeño sufría desnutrición aguada moderada (DAM), considerada el inicio de una desnutrición aguda severa. Nargis sintió un gran peso sobre sus hombros: estaba embarazada de su quinto hijo, preocupada por la seguridad de su esposo y por el cuidado de varios de sus hijos que sufrían desnutrición.

“Cuando descubrí que mi hija pequeña, Alhan, sufría de desnutrición, tuve miedo”. Hice varias pruebas con la cinta MUAC. Empecé a preguntarme qué estaba haciendo mal. No podía sostener esa situación durante más tiempo. Mi marido estaba luchando en la guerra para darnos una buena vida, ¿pero aun así no podía mantener a mis hijos sanos?”.

Nargis fue diagnosticada por los trabajadores sanitarios como especialmente vulnerable y le animaron a asistir a sesiones sobre salud mental y cuidados básicos en un centro de alimentación para niños.  En estos espacios se evalúan la alimentación infantil y las dificultades psicosociales. Aquí, Las mujeres tienen la oportunidad de asistir a sesiones de asesoramiento sobre salud mental y prácticas para el cuidado de los niños y niñas (alimentación complementaria y continuidad de la lactancia hasta los 2 años). Y se hace un seguimiento de su situación hasta  que han sanado.Los trabajadores  sanitarios aconsejaron a Nargis sobre cómo lidiar mejor con el estrés del día a día.

“Después de asistir a la primera sesión, me di cuenta de que estaba alimentando a mis hijos sin preocuparme por una dieta variada y que no invertía tiempo suficiente para amamantar a mis hijos. También sentí que no estoy sola y que hay muchas mujeres en el mundo intentando superar este tipo de desafíos. Antes, siempre estaba enfadada y golpeando a mis hijos cada día. Hoy, he aprendido a buscar otras formas de liberar mis emociones y estrés”.

Poco después de poner en práctica todos los consejos adquiridos, los hijos de Nargis crecían mucho más saludables. Su hija pequeña. Alhan, está a punto de terminar el tratamiento por desnutrición aguda moderada. Nargis cree que todo el mundo se da cuenta de que está en paz con su vida.

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