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Historias

"No es fácil perder tu dignidad para pedir, pero si no hago eso mi familia muere de hambre."

 

Mi nombre es Tallabah. No se cuantos años tengo.

Tengo dice hijos y catorce nietos.

Mi marido ha muerto y vivo con dos hijos y dos hijas en una tienda de campaña.

Hace dos años nuestro pueblo Al-Kadaha fue el blanco de las batallas y algunos de nuestros vecinos murieron, otros resultaron heridos. En ese momento no pensábamos en otra cosa que no fuera garantizar la seguridad de los miembros de la familia por la noche. No puedo ver muy bien y no puedo caminar distancias largas pero las batallas me forzaron a marchar con adultos y niños.

In la noche oscura, dejamos nuestra casa y los sonidos de la guerra que nos rodeaban por todas partes. Las balas nos perseguían y los aviones de guerra lanzaban misiles mientras huíamos. No llevamos nada con nosotros, una zona segura era nuestro sueño. Pasamos la noche andando, por la mañana nos encontrábamos en una zona desconocida asi que decidimos quedarnos hasta encontrar ayuda.

Esta zona era un cementerio por lo que la gente del área no nos previno de ello por lo que nos quedamos allí pacíficamente. La mejor decisión fue desplazarnos y todos nos sentimos felices de estar en un área segura. Pero nos sorprendió darnos cuenta de que no había nada y era todo un desafío empezar una nueva vida de la nada.

Al día siguiente, empecé a ir a pueblos y barrios donde la gente me ayudaba con comida y diez días después una organización nos dio tiendas de campañas y establecimos un campamento en el cementerio. Mis hijos perdieron sus trabajos asi que le supliqué a la gente que nos diera comida y me convertí en la proveedora de la familia. Desgraciadamente la mendicidad se convirtió en la fuente de ingresos de la familia.

En este campamento no tenemos harina, azúcar, arroz o cualquier otro producto básico. Puedes comprobarlo en nuestra tienda, pido a todo el mundo que nos ayude con comida.

No es fácil perder tu dignidad para pedir, pero si no hago eso mi familia muere de hambre. Los dueños de los restaurantes del mercado más cercano se niegan a ayudar y tengo que pedir en pueblos mas lejanos que aduras penas me dan comida.

Después de tener algo de trigo cocino al aire libre, suelo hacer pan, pero el viento y el polvo no paran en esta área. Nos lo comemos todo, aunque esté lleno de polvo, es mejor que nada.

Estoy sufriendo por proveer a los niños con comida suficiente. Cuando cocino los niños se pelean con por el pan y no esperan a que prepare el té. Los niños siempre se van a dormir con hambre y no puedo darles más comida. Algunas organizaciones nos dan comida, pero no es suficiente para todos los niños.

Estoy pensando en todo el tiempo en volver a casa, pero la gente me dice que las carreteras están bloqueadas por las batallas en esa zona. Creo que IDPs en cualquier país esperan volver a casa, como yo que volvería incluso a pie.

El peor día de mi vida fue cuando dejé mi hogar. No he visto nada bueno desde que nos fuimos. La vida bajo las batallas es mejor que el hambre y el sufrimiento del campamento. Espero volver a casa lo antes posible. Creo en Allah y confío en que solo Allah puede ayudarnos a salir de esta horrible crisis.

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