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Historias

Somalia: "Cuando llegó la sequía tuvimos que huir para sobrevivir"

 

Hawo Abdi huyó junto a sus cinco hijos en busca de agua y comida

Cuando las fuentes de agua se secan y las condiciones de higiene empeoran, el riesgo de padecer enfermedades mortales como diarrea severa o cólera aumenta. Este año, en Somalia ha habido varias epidemias masivas de cólera. Las familias tienen muchas dificultades para encontrar agua y los precios se han cuadriplicado, costándoles un suministro de 200 litros de agua el equivalente de entre cinco y veinte dólares.

Hawo Abdi vive en Somalia, tiene 29 años, es viuda y madre de cinco niños. “Ha sido muy difícil sobrevivir sin mi marido. Él me habría ayudado mucho. Ahora no tenemos dinero y los niños no tienen ni comida ni leche” dice Hawo. Antes trabajaba en el campo pero cuando la sequía llegó, acabó con sus tierras. “Cultivábamos maíz para que la familia pudiese comer y siempre teníamos comida. Sin embargo, cuando dejó de llover durante cuatro temporadas, ya no podíamos salir adelante. Los niños no tenían nada para comer, ni siquiera leche”. Hawo y sus hijos abandonaron su casa en Alafuto, en Shabelle, en busca de comida y agua. Emprendieron un viaje de dos días hacia la capital de Somalia, Mogadishu. 

Ali, el hijo pequeño de Hawo se quedó severamente desnutrido. No tenía ni seis meses de edad. “No sabía dónde ir o qué hacer. Sentía que había fallado como madre. Pero una amiga me recomendó ir al centro de estabilización de Acción contra el Hambre porque tenía un hijo que se puso enfermo por la misma razón y recibió tratamiento. Corrí hasta allí lo más rápido que pude” cuenta Hawo.

 

Con la ayuda de UKAid, tenemos un centro de estabilización nutricional en Hodan, Mogadishu, donde proveemos de tratamiento urgente para niños desnutridos. Algunos niños, como el hijo de Hawo, Ali, están tan enfermos que necesitan tratamiento intensivo para salvarles la vida. Otros niños, cuyos casos no son tan severos o avanzados, pueden ser tratados con cuidado ambulatorio, monitoreo y seguimiento semanal.

El hijo pequeño de Hawo, Ali, fue inmediatamente admitido en nuestro centro de estabilización. Como Hawo tampoco estaba bien alimentada ni tomaba agua segura, su cuerpo no producía suficiente leche materna. Cuando los especialistas de nutrición de Acción contra el Hambre trataron a Ali, él estaba tan enfermo que no tenía apetito y no era capaz de tragar ningún tipo de alimento. Le administraron una leche especial terapéutica diseñada para niños menores de seis meses severamente desnutridos. Ali respondió bien y cada día estaba más fuerte y sano.

Hawo y el resto de la familia están preparados para traer a Ali de vuelta a casa. Hoy, su hogar es un refugio improvisado en un asentamiento para personas desplazadas por la sequía. “Usamos trozos de tela y pequeñas bolsas de plástico para cubrir el techo del refugio. Me preocupa que mis otros hijos también se pongan enfermos” dice Hawo.

Se estima que 363.000 niños sufren desnutrición en Somalia. La mitad de la población del país (más de seis millones de personas) necesita asistencia humanitaria urgente. Las necesidades son apabullantes y nuestros equipos corren en contra del tiempo para prevenir la hambruna y la propagación del cólera.

Nuestra prioridad máxima es proveer un tratamiento salvavidas para niños severamente desnutridos y proteger la salud de mujeres vulnerables, embarazadas y madres enfermas. Estimamos asistir a más de 200.000 personas en nuestra respuesta inicial de emergencia. En algunas áreas en Somalia, somos la única organización que provee de asistencia a las comunidades. 

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