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Una escuela renovada trae un espíritu nuevo a Alepo

Un profesor da clase en una escuela rehabilitada por Acción contra el Hambre en Alepo tras los terremotos de febrero de 2023 © Hasan Belal para DEC y Acción contra el Hambre.

Un profesor da clase en una escuela rehabilitada por Acción contra el Hambre en Alepo tras los terremotos de febrero de 2023 © Hasan Belal para DEC y Acción contra el Hambre. 

El comienzo de este curso académico para el alumnado de la escuela Abdulatif alNaana, en Alepo, no fue uno típico. Después de todas las dificultades a las que tuvieron que hacer frente tras el terremoto que asoló la ciudad hace un año, en febrero de 2023, y tras la suspensión temporal de las clases, los alumnos llegaron a su primer día en septiembre para encontrarse una escuela con una imagen totalmente nueva. Había sido completamente rehabilitada en verano, después de que el seísmo la dañara parcialmente.

"La escuela era algo antigua, con infraestructuras, puertas y ventanas bastante obsoletas. Cuando se produjo el terremoto, aparecieron grietas importantes en la entrada principal y en las paredes, y esto nos preocupó a nosotros, y también a los padres y alumnos, ya que queríamos asegurar que todos estén a salvo cuando vienen aquí a estudiar o a trabajar", explica la directora de la escuela, Amira Sheikhli. El edificio es grande, consta de dos plantas y más de 20 salas y el comité de seguridad pública, responsable de comprobar todos los edificios de la ciudad tras el terremoto, reportó que todos los pisos, aulas y pasillos de la escuela son completamente seguros.

Sin embargo, la escuela requería de una rehabilitación. Aquí es donde Acción contra el Hambre intervino a los pocos meses del terremoto; su equipo realizó una renovación completa del edificio de la escuela. Nueva pintura, con colores vivos como el azul claro y el verde. Aislamiento del tejado. Nuevas puertas, ventanas, depósitos de agua y detectores de incendios. Mejoras en los aseos, ampliando la separación entre los de hombres y los de mujeres para mayor intimidad, e instalando nuevos grifos de agua fuera de los aseos para un uso más saludable. Nuevas instalaciones para personas con discapacidad, como rampas y aseos específicos. O montaje de paneles solares con un sistema eléctrico independiente, mientras se mantiene y se renueva el antiguo sistema eléctrico principal.

La señora Sheikhli felicita a la organización por su flexibilidad y capacidad de respuesta. Considera que el personal de Acción contra el Hambre se ha preocupado de escuchar y responder a las necesidades de la escuela, y que los resultados obtenidos han sido muy satisfactorios.

Todo esto ha tenido un claro impacto positivo en el alumnado, el equipo docente, el personal administrativo y en el proceso educativo en general. La escuela ofrece ahora dos etapas formativas: educación primaria, con unos 200 alumnos, y educación secundaria, con más de 800. "Desde el primer día del nuevo ciclo hemos podido notar el cambio positivo, ¿y cómo no iba a ser así? Si pintas una pared de tu casa con un color fresco y brillante, seguro que sentirás un espíritu nuevo, así que ¿qué pasa si es una escuela completa con todo renovado?”, pregunta la directora, explicando que esta mejora está aumentando también el sentido de la responsabilidad del personal y los alumnos; ahora todos se preocupan por mantener el centro limpio y ordenado. Esto está suponiendo, afirma la señora Sheikhli, un cambio de comportamiento muy alentador.

Un profesor da clase en una escuela rehabilitada por Acción contra el Hambre en Alepo tras los terremotos de febrero de 2023 © Hasan Belal para DEC y Acción contra el Hambre.

Un profesor da clase en una escuela rehabilitada por Acción contra el Hambre en Alepo tras los terremotos de febrero de 2023 © Hasan Belal para DEC y Acción contra el Hambre.

 

Una de las mejoras más importantes, de la que todos en la escuela han sentido el impacto, es la instalación del sistema de energía solar. Helal Gabi, profesor de religión islámica, cuenta: "solíamos pasarlo bastante mal, especialmente en el segundo turno, en los meses de invierno, ya que las aulas se quedaban a oscuras durante los largos cortes de electricidad en toda la ciudad. La electricidad que nos proporcionará ahora la energía solar nos va a permitir continuar con las clases cómodamente, e incluso movernos por el edificio sin preocupaciones durante estos cortes de luz".

La directora agrega que esto también ha permitido poner de nuevo en funcionamiento la sala de ordenadores –que no funcionaba debido los problemas con la electricidad–, y utilizar algunos dispositivos electrónicos durante las clases. Cuestiones que están teniendo un impacto positivo no sólo en el proceso educativo, sino también en los ánimos del propio alumnado.

No obstante, Sheikhli afirma que continúa habiendo algunos retos que tienen que enfrentar: "Después del terremoto, algunos padres dejaron de enviar a sus hijos a la escuela por miedo a las réplicas o a cualquier incidente relacionado. Otras familias se desplazaron de la ciudad. Ahora esas preocupaciones son parte del pasado, pero estamos empezando a notar abandonos relacionados con la situación económica". En la actualidad, el 90% de los sirios vive en la pobreza y, en todo el país, unos 2,4 millones de menores, de entre 5 y 17 años, están sin escolarizar, aunque representen casi la mitad de los niños en edad escolar, según UNICEF.

El señor Gabi agrega: "nuestras dificultades más comunes están relacionadas con la situación de vida, tanto del profesorado como de los alumnos. En mi caso, por ejemplo, tengo que realizar otro trabajo después de mi turno escolar para poder asegurar que se cubren las necesidades de mi familia. Además, hay muchos padres que no envían a sus hijos a la escuela, sino a trabajar, para ganarse la vida. Y porque ir a la escuela es caro, y necesitarían mucho dinero para comprar artículos de papelería, ropa y todas las demás necesidades. La pobreza es nuestro principal problema en la sociedad siria, y esto no se debe sólo al terremoto, sino a la guerra en la que vivimos desde hace más de diez años".

Mientras, en lo relativo a la escuela, la directora Sheikhli apunta que todavía necesitan material didáctico y más herramientas educativas para poder desarrollar mejor su trabajo, y que requieren de un mayor acceso a calefactores y combustible para hacer frente al invierno. Sin embargo, Sheikhli es optimista, cree que este año será mejor que el anterior: "estamos dando y haciendo todo lo posible, y los alumnos y alumnas están dispuestos a comprometerse y aprender. Todos ellos creen en la importancia de la educación".

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